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    Determinar la capacidad de cuidado responsable de tu santuario de animales

    A stack of many river rocks, with some more likely to fall than others.

    ¡Lea este texto en inglés aquí!

    Traducción Voluntaria
    Este texto ha sido traducido por Natalia Pérez para la comunidad global de santuarios como parte de la iniciativa de traductores voluntarios. Si le gustaría ser voluntario, ¡contáctenos!

    No es un secreto que la mayoría de las personas involucradas en el movimiento del santuario de animales preferirían que los animales no sufrieran de explotación en el mundo si fuera posible (¡en el Proyecto Santuario Abierto estamos incluidos en este grupo!). Desafortunadamente, teniendo en cuenta el estado actual de la agricultura animal, los santuarios de animales de granja se enfrentan a serias limitaciones en cuanto al número de animales a los que pueden proporcionar un cuidado responsable de por vida. Esto no solo es testimonio de la inconmensurable magnitud de la agricultura animal, sino también de la escasez de recursos a los que las organizaciones animales sin ánimo de lucro suelen tener acceso.

    Una historia tristemente común entre los santuarios

    Uno de los mayores y más serios retos a los que se enfrenta casi cualquier santuario de animales a nivel mundial es exceder la capacidad de su organización de cuidado responsable. Considere el escenario siguiente: 

    Después de exceder su capacidad y comprometerse a cuidar de demasiados individuos, los gastos y agravados retos de un santuario anónimo se descontrolan rápidamente, provocando fatiga de compasión y agotamiento, estándares inaceptables de cuidado para los individuos residentes y, muy habitualmente, el cierre del santuario. 

    Cuando esto sucede, los residentes de estos antiguos santuarios se pueden encontrar en una situación igual de mala o incluso peor en comparación con las vidas que tenían antes de entrar al santuario. Trágicamente, no es inaudito que animales que vivían en santuarios sean vendidos mediante subastas directamente de vuelta al sistema de explotación del que habían escapado, aunque es cierto que una fracción de estos residentes son afortunados y consiguen entrar en otros santuarios gracias a la ayuda de la rápida coordinación comunitaria. Esta tragedia sucede constantemente, cada año, en todo el mundo.

    Los santuarios pueden evitar ser víctimas de este círculo destructivo, determinando su capacidad de cuidado responsable y comprometiéndose sólo a una cantidad de residentes manejable. Esta capacidad cambiará con el tiempo según evolucione la organización (o posiblemente cambie semana a semana), por lo que los empleados del santuario siempre deben tener una comunicación honesta y abierta sobre cuál es el cuidado responsable que pueden proporcionar y cuáles son las limitaciones actuales de la organización.  

    Cuando no se puede decir que no
    A veces, un residente potencial o una oportunidad de rescate tendrá prioridad sobre las preocupaciones de capacidad limitada. Entendemos totalmente que hay muchas circunstancias en las que un santuario decide decir que sí, aunque manejar a la población adicional suponga un reto. Sean conscientes de qué capacidades se están excediendo y tengan un plan para mitigar estos problemas de forma oportuna.

    Variables de capacidad

    Aunque a primera vista pueda parecer sencillo, determinar la capacidad de cuidado responsable de una organización implica una combinación de cifras concretas y de discusiones llenas de matices sobre qué se puede conseguir de forma realista con los recursos actualmente disponibles. Un santuario que disponga de uno o dos recursos particulares en abundancia no necesariamente tendrá una capacidad abundante de cuidado responsable. Como parte de la maquinaria de la gestión responsable de un santuario, todos sus recursos deben ser sopesados y considerados valiosos de forma equitativa. Las siguientes son algunas (¡aunque sin duda no todas!) variables comunes que tienen influencia en la capacidad de un santuario:

    Capacidad espacial

    La cantidad de propiedad física o espacio es una parte importante de la capacidad de un santuario, pero ¡no debe ser considerada la única variable que determina la capacidad de cuidado responsable de un santuario! El tamaño total determina si un número específico de residentes podrían vivir sus vidas en el santuario de forma cómoda y debe ser considerado, especialmente porque las especies más grandes necesitarán más espacio que otras más pequeñas. Ciertos santuarios pueden llegar a su nivel de capacidad para una especie pero disponer de suficiente espacio para otras. Esto puede ser especialmente cierto si existen estructuras limitadas para dar refugio a los residentes. ¡Una propiedad con decenas de hectáreas también tiene limitaciones de capacidad si solo puede proporcionar unos pocos espacios cubiertos y zonas con sombra!

    La distribución del santuario

    Igual de importante que el espacio físico total en un santuario son las condiciones de vida flexibles. Con esto nos referimos a que un santuario debería tener espacio disponible para separar a residentes que, por cualquier motivo, ya no pueden vivir juntos. No es raro que surjan conflictos entre individuos para la mayoría de las especies de animales de granja, incluso entre residentes que han vivido felizmente juntos durante muchos años. Alternativamente, enfermedades agudas o crónicas, lesiones o el envejecimiento pueden hacer que una manada o rebaño ya no sea seguro para todo el mundo. Un santuario siempre debería tener la flexibilidad espacial para ajustar manadas o crear manadas separadas (incluyendo la prestación de tiempo de pasto seguro y espacios interiores seguros) si es necesario. Por tanto, puede ser sensato dejar algunas zonas habitables desocupadas y preparadas por si surge algo inesperado. Aunque un visitante del exterior pueda ver un puesto libre en un establo y pensar que el santuario tiene mucho espacio para nuevos residentes, esa zona tiene un propósito incalculable que se vería comprometido si fuera ocupada.

    De un problema de percepción a una oportunidad de enseñanza
    Tal y como se ha mencionado más arriba, tener zonas habitables desocupadas puede crear la percepción de que hay algún problema para aquellos visitantes que crean que los espacios abiertos en los santuarios son pruebas de que no están a su máxima capacidad y de que deberían decir que sí a más rescates. Tal y como ilustra este texto, ¡eso no es así! Una forma de contrarrestar esta percepción es crear y mostrar letreros que expliquen qué son los espacios desocupados y qué función esencial sirven. De esta manera, los visitantes pueden aprender sobre las políticas responsables del santuario, en lugar de tener que hacer suposiciones rebatidas por sus empleados.

    Capacidad de cuarentena

    Una capacidad más dinámica que un santuario siempre debería considerar es su capacidad de cuarentena. La cuarentena es un componente esencial para la bioseguridad organizacional de un santuario. No tener un protocolo de cuarentena y o bien un área designada a la cuarentena o bien la habilidad para crear una, plantea un riesgo significante tanto para los residentes existentes como para los humanos que trabajan en el santuario. Si un santuario no dispone del espacio para crear un área segura de cuarentena alejada de otros residentes y no tiene la opción de empezar el proceso de cuarentena en otro lugar (por ejemplo, en un hospital veterinario de confianza), debería reconsiderar seriamente la llegada inmediata de cualquier nuevo residente hasta que sean capaces de crear un plan para la cuarentena. Los residentes que están en cuarentena y aislados normalmente requieren más tiempo de dedicación por parte de los cuidadores, por lo que el personal del santuario puede ver reducida su capacidad de cuidados durante los prolongados protocolos de cuarentena.

    Capacidad del personal

    En los santuarios de animales, el trabajo humano y la atención pueden ser un recurso escaso. Hay muchas cosas que hacer en un día, incluyendo el cuidado diario, la alimentación, los tratamientos y las revisiones médicas. Al considerar la capacidad, un santuario siempre debe tener en cuenta las limitaciones del poder humano en su organización. Cuando un santuario acepta residentes adicionales, los empleados y los voluntarios tienen que hacer estimaciones de tiempo y atención adicional para todos los recién llegados. Los humanos tienen una cantidad finita de anchura mental para proporcionar cuidados individualizados; si un santuario excede las capacidades de sus empleados y no consigue ayuda adicional, puede provocar rápidamente fatiga de compasión, agotamiento, altas tasas de rotación y una reducción significativa de la calidad de cuidados a los residentes. Esto se podría manifestar como un fracaso al proporcionar asistencia sanitaria básica como cortes de uñas, cuidado de las pezuñas, revisiones médicas a tiempo o fallos al detectar problemas de salud y enfermedades que habrían sido gestionados sin dificultades previamente. En casos graves, ha habido informes de negligencia e incluso abuso a los animales del santuario debido a los cuidadores alcanzando su límite sin recibir alivio. Para evitar sobrepasar la capacidad del personal, un santuario debe estar en contacto frecuente con sus empleados y voluntarios para asegurarse de que no se sienten crónicamente sobrecargados, subvalorados o sin apoyo.

    Atención individual

    Un cuidador cualificado debería poder ver a cada residente individual por lo menos una vez al día, para poder confirmar que están generalmente bien o si hay algún problema. Si un residente tiene necesidades médicas diarias específicas, estas se le deben proporcionar. Cada residente debe recibir una revisión médica documentada y programada regularmente, más detallada que una revisión visual para asegurarse de que están sanos. Un santuario nunca debe acoger a tantos residentes que se puedan convertir en animales anónimos en un grupo que pasa desapercibido o es ignorado debido a que el personal no tiene la capacidad suficiente.

    Capacidad financiera

    La financiación siempre será una variable significativa en la habilidad de un santuario para acoger a residentes adicionales. Puede ser bastante caro proporcionar cuidados responsables a cada individuo, ya sea por lo que respecta a construir y mantener espacios habitables apropiados o a proporcionar alimentos nutritivos, suplementos y enriquecimiento. Ofrecer refugio a un animal significa comprometerse a una alta calidad de cuidados durante el resto de su vida natural, y también a un cuidado digno y pacífico al final de su vida. Para animales en los santuarios, algunos de los cuales pueden vivir más allá de 20 años, esto puede sumar rápidamente, sobre todo cuando se tienen en cuenta los importantes fondos de reserva para cuidados veterinarios inesperados que podrían surgir en cualquier momento. Al considerar la capacidad, un santuario debe echar un vistazo honesto a su financiación, tanto actual como proyectada, y siempre sopesar los recursos financieros que ya han sido comprometidos a residentes existentes versus el coste de acoger a nuevos residentes, especialmente si los potenciales nuevos residentes tienen necesidades sanitarias inmediatas. Idealmente, debería haber un fondo para imprevistos asignado por si se da el desafortunado caso de que algunos residentes tengan que ser enviados a un nuevo hogar compasivo. Además, un santuario siempre debe tener en mente las necesidades financieras de la organización que no están relacionadas con los residentes; ¡si un santuario acaba en bancarrota no podrá salvar vidas!

    Capacidad reguladora

    Un santuario debe establecer si tiene que cumplir con ciertas restricciones zonales cuando se trata de qué especies (y cuántas) pueden vivir en su propiedad. No cumplirlas puede conducir a retos significativos (e incluso existenciales) para una organización. Es probable que esta limitación no cambie con el tiempo, a no ser que la organización se traslade a una nueva ubicación.

    Capacidad de respuesta ante emergencias

    Aunque esperamos que un santuario nunca tenga que poner estos planes en práctica, es crítico considerar la habilidad de una organización para evacuar de forma segura o proporcionar seguridad a todos los residentes en caso de emergencia, como un clima severo, inundaciones o riesgo de incendio. Si bien es útil estar preparado para cualquier cosa, comience por considerar las situaciones de emergencia más probables que puedan afectar a su santuario. Apagones, pérdidas de agua e incendios estructurales pueden afectar a cualquiera, pero considere también los retos que podrían surgir teniendo en cuenta su ubicación y el tipo de respuesta que sería necesaria. Por ejemplo, algunas emergencias como los incendios forestales pueden requerir de una evacuación urgente de todos los residentes, mientras que otras, como las tormentas de hielo, pueden requerir que los residentes se refugien en sus espacios de vivienda cubiertos. Asegúrese de pensar en todas las situaciones de emergencia que podrían ocurrir en su santuario, y cree un plan para mantener a los residentes a salvo. En el caso de una posible evacuación, asegúrese de tener acceso a los refugios, al personal y a los vehículos necesarios para evacuar de forma rápida y segura. Un santuario no tiene por qué disponer de vehículos y camiones suficientes para transportar a cada residente, pero sí que tienen que tener planes y relaciones fiables preparados para asegurar el acceso a tiempo al transporte y a voluntarios extras si fuera necesario. Si un santuario no dispone de los medios para cuidar de sus residentes en escenarios de emergencia dentro de las normalmente limitadas ventanas de tiempo provistas en este tipo de eventos, seguramente no tenga la capacidad de cuidar de forma responsable de residentes adicionales sin antes rectificar las carencias en su capacidad de respuesta.

    Cómo no sobrepasar la capacidad

    La herramienta más importante de la que un santuario dispone para no sobrepasar su capacidad de cuidado responsable es simple y a veces inimaginablemente difícil: un santuario debe ser capaz de rechazar nuevos residentes si no puede obtener los recursos necesarios para cuidar de ellos. Esto es a veces una decisión desoladora, y aquellos que toman decisiones de colocación suelen tener mucho estrés, tanto por ser puestos en una posición de toma de decisiones como por los frecuentes comentarios negativos del público que se interesa por oportunidades de rescate. Las personas involucradas en tomar decisiones de colocación deben contar con ayuda extra de los empleados, ya que sufren un riesgo mucho mayor de fatiga de compasión y de agotamiento. Considerar y elaborar cuidadosamente una política de rescate puede ser de gran ayuda para que las decisiones de colocación sean menos difíciles emocionalmente.

    ¡Puede haber otras formas de ayudar!
    Solo porque no pueda comprometerse a cuidar a un individuo durante toda su vida no significa que no pueda ayudar. Quizás pueda ayudar a buscarle un hogar apropiado, asistir con el transporte o acordar acoger al individuo de forma temporal (¡considere no obstante qué pasaría si su futuro hogar fracasa!). Dependiendo de la situación, sería posible incluso ayudar al individuo en su situación vital actual (por ejemplo, donar comida a un cuidador que atraviesa un momento difícil, pero que claramente está comprometido a cuidar del individuo).

    Expansión de la capacidad

    Si un santuario quiere expandir su capacidad de cuidado responsable, o aliviar recursos agotados debido a los límites de capacidad ya extendidos, normalmente esto requiere de un compromiso financiero específico y de solicitar voluntarios adicionales. Algunos santuarios tienen el lujo de poder expandirse a superficies adyacentes, otros quizás tendrían que mover la organización completa si quisieran disponer de más espacio físico. Áreas de cuarentena adicionales pueden ser diseñadas y construidas, aunque seguramente sería necesaria la ayuda de personal adicional si un gran número de residentes está en cuarentena de manera simultánea y necesitan ayuda diaria extra. El personal puede ser complementado con cuidadores y voluntarios adicionales, aunque esto podría resultar muy caro o requerir de demasiado tiempo para santuarios con menos recursos.

    Residentes dentro, residentes fuera

    Muchos santuarios mantienen una alta capacidad de cuidado responsable al gestionar programas de adopción robustos, donde examinan cuidadosamente y liberan a los residentes a hogares compasivos en los que vivirán para siempre. De esta manera, se puede proporcionar cuidado a más animales sin tener que comprometer tantos recursos por cada individuo. No obstante, programas de adopción responsables requieren de mucho personal extra para asegurar que cada situación única de adopción funciona y continuará funcionando para el residente y para la parte que adopta. Algunos santuarios presupuestan recursos adicionales para que si alguna adopción se vuelve insostenible en algún momento en el futuro, el residente pueda volver al santuario de forma segura.La desafortunada realidad es que, dada la predominante actitud social actual sobre los animales, siempre habrá individuos necesitados de un santuario. Al final, una de las mejores maneras de que un santuario vaya hacia un futuro sostenible con años de trabajo que salve vidas es empezar en pequeño y crecer según los recursos y los conocimientos se vayan acumulando. No solo es mejor para un santuario como organización, ¡sino que es más responsable para cada uno de los residentes bajo su cuidado!

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