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Traducción voluntaria
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Última actualización: enero 7 de 2020
Los santuarios de animales varían en cuanto a tamaño, forma y especies que albergan. Sin embargo, tienen varios rasgos en común. Una característica que diferencia a un santuario de animales de granja de un zoológico de mascotas o de una granja convencional es que el primero se abstiene de criar animales o de permitir que sus habitantes conciban sin querer. Así pues, los santuarios se rigen por el principio de «no reproducción», lo que puede sorprender a los visitantes entusiastas que esperan encontrarse con residentes recién nacidos. Estos visitantes a menudo no tienen en cuenta la razón de ser de esta política.
La necesidad indispensable de santuarios
A nivel mundial, el número de especies de animales de granjaUna especie o raza específica de animal que se cría para el consumo de su cuerpo o por el producto derivado de su cuerpo supera los miles de millones. Desafortunadamente, la mayoría de ellos son criados y sacrificados para el consumo humano u otros fines, a menudo acabando prematuramente con sus vidas, independientemente del entorno en el que se críen. Sin embargo, hay muchos animales en circunstancias extremas que podrían beneficiarse de los servicios de un santuario, que puede ofrecerles un entorno seguro para vivir una vida natural. La cría intencional de más animales es superflua y limita la capacidad de un santuario para recibir a un animal que no tiene otras opciones de cuidado.
La cría de animales es explotación
El principio fundamental de los santuarios de animales es promover la no explotación, lo que significa abstenerse de utilizar animales como medio para servir a los intereses humanos. Criar residentes es la antítesis de este principio, ya que refuerza la noción de que los animales existen principalmente para el entretenimiento y el beneficio humano. Además, la gestación supone riesgos para la salud de los residentes, sobre todo para los que se recuperan de problemas de salud anteriores. Muchos de los residentes del santuario pueden haber experimentado embarazos múltiples antes de haber llegado al santuario, lo que aumenta los peligros asociados con embarazos adicionales. Por otro lado, el cuidado de un residente recién nacido es un proceso complejo que requiere atención y cuidados especializados para garantizar su salud y bienestar.
Políticas éticas para un cuidado responsable
Para mamíferos
Para evitar la reproducción en animales de santuario, se deben tomar ciertas medidas. A menos que represente un riesgo para la salud, todos los mamíferos machos que lleguen al santuario deben ser castrados, ya sea al llegar o cuando un veterinario lo considere seguro y apropiado. En casos excepcionales en los que no se recomienda la castración, se deben tomar las medidas apropiadas para evitar que el macho intacto interactúe con cualquier hembra intacta de su especie sin dejar de brindarle compañía o un entorno estimulante. La castración de los machos suele ser un procedimiento más sencillo que la esterilización de las hembras y puede ayudar a prevenir la reproducción no deseada. También se debe considerar la opción de esterilizar a las hembras residentes de mamíferos. Al igual que para los perros y los gatos domésticos, este proceso tiene muchos beneficios para la salud. Aparte de prevenir embarazos no planificados, la esterilización es un componente crítico de la salud general de muchas especies, por ejemplo, los cerdos.
Para aves
No se recomienda realizar procedimientos de esterilización y castración en aves como medida preventiva debido a los graves riesgos que implica. Afortunadamente, la prevención de la reproducción en las aves residentes se puede lograr fácilmente mediante el monitoreo y la recolección de huevos todos los días. La recolección de huevos debe ser parte de la rutina diaria para garantizar que no tengan crías viables en el interior. Asimismo, para la seguridad de sus residentes, es recomendable mantener a las aves encerradas de forma segura en su patio o pastizal para protegerlas de los depredadores y para que sea más fácil observarlas en busca de signos de enfermedad, así como para garantizar que sea más fácil encontrar huevos. Permitir que los residentes de aves accedan a toda la propiedad aumenta las posibilidades de que los huevos no se recolecten de inmediato y de que las gallinas desaparezcan hasta que regresen con crías. Esto no es seguro para la hembra y no es una práctica responsable para un santuario, ya que puede llevar rápidamente a una población incontrolable. Además, una gallina con crías introducirá más gallos en el santuario, lo cual es innecesario, teniendo en cuenta la cantidad de gallos que ya necesitan un hogar. En cambio, es recomendable adoptar o rescatar gallos existentes que necesiten un santuario seguro y amoroso.
Si su organización opta por usar implantes hormonales para las aves, esté atento a la posibilidad de que pongan huevos. Si bien los implantes son efectivos, eventualmente desaparecerán. Además, algunos santuarios han informado problemas con implantes defectuosos.
Nueva residente embarazada: ¿Qué hacer?
Para evitar sorpresas, se recomienda que los santuarios incluyan pruebas de embarazo como parte de su programa de admisión de residentes hembras. No es raro que las residentes lleguen embarazadas de forma inesperada, de modo que es esencial proporcionarles la atención veterinaria y el seguimiento necesario para garantizar la protección de su salud si el embarazo está muy avanzado. En el caso de residentes que se encuentren en las primeras etapas del embarazo, algunos santuarios pueden optar por administrar Lutalyse o un fármaco similar para inducir el aborto espontáneo, pero esta decisión debe tomarse siempre en consulta con un veterinario y en consonancia con la filosofía de cuidados del santuario. Sin embargo, cabe señalar que ciertas especies, como las ovejas, pueden ser menos sensibles a estos fármacos, por lo que puede ser necesario considerar enfoques alternativos.
Por mucho que nos guste ver crías de animales unidas a sus madres, es importante respetar siempre los límites de cada residente y no tratar a las crías como meras oportunidades fotográficas o como accesorios. Es esencial tratar a los animales jóvenes con mucho cuidado, ya que tienen sistemas inmunitarios más débiles y pueden contagiar enfermedades fácilmente tanto a los humanos como a otros residentes. Además, es crucial socializarlos adecuadamente, ya que tratarlos como mascotas puede provocar graves problemas de comportamiento en el futuro.