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Última actualización: 19 de mayo de 2020
Antes de admitir nuevos residentes en su santuario de animales, es esencial que cada uno de ellos se someta a un chequeo de salud completo para detectar cualquier problema que requiera atención o monitoreo, así como para establecer una base para futuros chequeos de salud y para obtener una descripción detallada del animal. Las evaluaciones de ingreso siguen el mismo procedimiento que un chequeo de salud estándar, pero con factores adicionales a considerar. Durante una evaluación de ingreso, los objetivos principales deben ser:
- Evaluar la salud general del animal y detectar cualquier problema de salud existente que requiera tratamiento.
- Identificar cualquier observación inusual o atípica y determinar si es necesaria una evaluación adicional o si debe considerarse una característica normal del animal.
- Recopilar y verificar información sobre el animal, como su sexo, edad y características físicas, así como sus patrones de comportamiento y reacciones en situaciones específicas.
Dependiendo del estado de salud actual del nuevo residente y de la disponibilidad de personal, es posible que no se puedan alcanzar todos los objetivos durante un único chequeo de salud (sobre todo si se admiten muchos residentes a la vez). En tales casos, es mejor dar prioridad a la evaluación del estado de salud general del residente. Sin embargo, si no puede completar todos los objetivos de admisión de una sola vez, asegúrese de programar una evaluación de seguimiento lo antes posible para recopilar toda la información necesaria.
Comprobación del estado general de salud del animal
Un nuevo residente puede estar sufriendo de varios problemas de salud, entre ellos, lesiones o infestaciones parasitarias externas que no son fácilmente visibles sin un chequeo completo. Debido a que algunas especies (sobre todo las especies de animales de granjaUna especie o raza específica de animal que se cría para el consumo de su cuerpo o por el producto derivado de su cuerpo) no muestran signos evidentes de enfermedad o lesión, es necesario realizar una evaluación de ingreso tan pronto como sea posible después de que cada nuevo residente llegue al santuario, de modo que se pueda detectar cualquier problema de salud y abordarlo de inmediato.
Se recomienda que todos los residentes que ingresen se sometan a un chequeo de salud completo dentro de las primeras 24 horas en el santuario, que incluye evaluar y tratar cualquier lesión o enfermedad, u otra condición como, pezuñas o uñas demasiado grandes, Asimismo, se debe documentar cualquier signo visible de estas condiciones a través de fotografías.
Esta documentación no solo es útil para evaluar el progreso del animal, sino también para demostrar el estado en el que se encontraba cuando llegó. Este paso es importante, sobre todo si el animal es parte de un caso pendiente de crueldad o negligencia, de modo que debe trabajar en estrecha colaboración con el control de animales y la oficina del fiscal de distrito para documentar todo correctamente. Lo más probable es que sea necesaria la intervención de un veterinario para que realice un chequeo y documente las observaciones.
No siempre es posible realizar un chequeo inmediatamente después de la llegada de nuevos animales al santuario, ya que diversos factores como la hora de llegada, el número de animales y el estado actual de cada uno puede influir en la decisión. En algunos casos, es aconsejable esperar un breve periodo si los animales parecen estar demasiado estresados debido al transporte. Por otra parte, las circunstancias que rodean el rescate de cada uno pueden exigir que se haga una evaluación inmediata.
Es esencial evaluar cuidadosamente cada situación y determinar el mejor método en función de las circunstancias específicas. Si decide no realizar chequeos de salud inmediatamente después de la llegada de cada animal, es imperativo observarlos de cerca para detectar cualquier indicio de enfermedad o lesión. Esto le ayudará a determinar si es necesario un chequeo completo o parcial, si se necesita tratamiento inmediato o atención veterinaria, o si existen requisitos adicionales que no se habían previsto.
A la hora de admitir a varios animales, debe evaluar las interacciones sociales e identificar cualquier comportamiento problemático o conflictivo que pueda surgir. Si se observa algún comportamiento preocupante, sepárelos según sea necesario para evitar lesiones o estrés. Luego, el personal debe realizar una evaluación integral de cualquier animal que muestre un comportamiento problemático, siempre que se pueda realizar de manera segura. Por otra parte, si la condición de un animal no es estable, es recomendable buscar asistencia veterinaria.
Además, es importante recolectar muestras fecales de los nuevos animales durante esta evaluación inicial para detectar parásitos internos. Para un grupo grande de animales, es recomendable consultar con un veterinario para determinar la cantidad de muestras requeridas. Además, se debe realizar un chequeo completo a cada animal en busca de parásitos externos para administrar el tratamiento adecuado que sea necesario. También es crucial registrar todos los resultados del chequeo y los tratamientos administrados durante el mismo. Según los resultados, puede que sea necesario iniciar tratamientos continuos, programar controles de salud de seguimiento o planificar tratamientos o procedimientos futuros.
Detección y evaluación de problemas de salud atípicos
Durante el chequeo de salud regular de un animal residente que conoce desde hace tiempo, puede encontrarse con algo que no se considere normal. Sin embargo, después de varios chequeos al animal, sabe que es normal o, gracias a chequeos anteriores, puede confirmar que no se trata de una condición nueva o progresiva. Cuando se examina a un nuevo animal, a menos que el cuidador anterior haya proporcionado información completa, se recomienda registrar todas las observaciones inusuales que sean específicas de la especie, raza, edad o sexo del animal. Estas observaciones son distintas de las mencionadas anteriormente, ya que no son tan preocupantes, pero requieren una evaluación veterinaria o un seguimiento continuo para determinar si el problema es benigno (o no es preocupante al momento). Por ejemplo, un pollo recién llegado puede tener un dedo del pie torcido, sin indicios de dolor o infección. Esta deformidad podría ser el resultado de una antigua lesión que se curó en una posición atípica. Aunque esta observación quizás no requiera acción inmediata, es crucial documentarlo y registrarlo para futuras referencias. Si se encuentra con algo inusual y no está seguro de sus implicaciones, es aconsejable que consulte con un veterinario. En algunos casos, puede bastar con mostrar una foto y tener una breve conversación, mientras que en otros puede ser necesaria una rápida evaluación veterinaria.
Registro o confirmación de detalles sobre el animal
Se debe realizar un chequeo completo a cada nuevo residente, incluso si parece gozar de buena salud. Además de realizar un chequeo físico completo, es esencial tomar fotografías detalladas y documentar la descripción física completa que pueda añadirse a la portada del expediente permanente del animal. Asegúrese de que la descripción sea específica y detallada, ya que una descripción genérica como, «blanca con una gran cresta roja», no ayudará a distinguir entre animales similares. Este es una ejemplo de una descripción detallada:
«Gallina blanca con una gran cresta roja que cae hacia la derecha (ver foto 1). La cresta tiene 5 puntas, siendo la del medio la más larga (ver foto 2). Severamente sin pico (ver foto 3). Almohadilla del pie derecho agrandada, probablemente por una infección previa (ver foto 4)».
Tomar fotografías de las características distintivas del nuevo residente, como la estructura facial y las marcas únicas, y una imagen de cuerpo completo, son esenciales para el proceso de admisión. Sin embargo, si el animal requiere atención médica urgente, esta parte del chequeo puede posponerse.
A este punto, también es importante verificar cualquier información proporcionada por el rescatador o el cuidador anterior. No es raro encontrar discrepancias en el sexo o la edad del animal. Por ejemplo, un supuesto toro puede ser en realidad una hembra o una gallina puede ser un gallo. Por eso, si el sexo de un animal es un factor crítico a la hora de decidir si aceptar o no a determinados residentes, es muy recomendable solicitar fotos. Si le dieron una fecha de nacimiento o edad de un nuevo residente, valide o cuestione la información conforme a sus características físicas. Verificar la información al momento de admisión garantiza que se brinde la atención adecuada al animal. No es raro recibir información inexacta cuando se aceptan animales nuevos, y no es que lo hagan de manera intencional. Por lo tanto, es crucial verificar cualquier información que reciba sobre el animal. Por ejemplo, la persona que trajo una nueva cabra pigmea puede haber asumido que las cabras pequeñas son cabras jóvenes. Sin embargo, una inspección rápida de sus dientes puede revelar una historia diferente.
Las bandas para las patas, los microchips o los collares pueden colocarse o administrarse a los nuevos residentes como parte de la evaluación de ingreso con fines de identificación. Si los nuevos residentes tienen identificación oficial, como etiquetas de oído o alas, o bandas para las patas que fueron emitidas por el Estado, se recomienda mantenerlas puestas durante un breve periodo de tiempo, a menos que causen algún problema. Antes de quitárselos, es crucial documentar el número y guardar la información en el registro individual por si se necesita más adelante.
Evaluación básica del comportamiento
Como parte del proceso de admisión, es importante observar el comportamiento y la reacción del animal a varios aspectos del chequeo de salud, además de evaluar su condición física. Estas observaciones deben registrarse en detalle, tal como documentaría sus rasgos físicos. Con solo anotar «nervioso» no se está informando nada, en comparación con una descripción más detallada como esta:
«Durante el chequeo de Sabine, observamos que mostraba signos de incomodidad cuando intentamos examinarle la pezuña, además, vocalizó de forma angustiada cuando la separamos temporalmente del rebaño. Mostró signos de agitación, se paseaba de un lado a otro, pero se relajó cuando introdujimos a su compañero, Saul, en el establo contiguo. Le ofrecimos heno y nos permitió inspeccionar las pezuñas y el resto del cuerpo. Sin embargo, se mostró reacia a que le examináramos las orejas, así que tuvimos que convencerla con una pequeña cantidad de grano. Al inspeccionarla, observamos que sus orejas parecían estar infectadas. En general, Sabine se mostró aprensiva e insegura, pero respondió bien a la presencia de su compañero y a la comida».
Si quiere saber más sobre el comportamiento de los residentes en los santuarios, le recomendamos que eche un vistazo a nuestra Guía básica de comportamiento de residentes.
¡No deje de monitorear la salud de los residentes!
Incluso después de un chequeo de salud completo, es importante vigilar a los nuevos residentes. El estrés de adaptarse a un nuevo entorno puede dar lugar a problemas de salud que podrían no haber sido evidentes durante el chequeo de salud, y algunas afecciones puede que no muestren síntomas de inmediato. Aunque todos los residentes requieren una observación periódica, es importante prestar atención a los recién llegados durante su periodo de cuarentena para garantizar que cualquier posible problema se identifique y se trate a tiempo.
